El último estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre las causas de defunción en España en 2014, reveló que la enfermedad cardiovascular es la 1ª causa de muerte, representa un 29,66% del total de fallecimientos.
La evidencia científica relaciona el consumo de cereales de grano completo con la prevención de diversas enfermedades crónicas de gran prevalencia en la sociedad actual, destacando los efectos positivos que ejerce sobre la salud cardiovascular, el sobrepeso y la obesidad. Dicho alimento, junto con el aceite de oliva y la vid, conforman la llamada "triada mediterránea" de la cual se ha alimentado la población europea desde el neolítico y cuyos beneficios cardiosaludables son por todos conocidos.
La Dra. Marisa Calle, coordinadora del Programa de Alimentación y Salud de la Fundación Española del Corazón y profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UCM afirma que "El poder protector y cardiosaludable de los cereales integrales se encuentra en el salvado, ya que conserva la parte rica en fibra. Esta fibra es la que retrasa la digestión y previene de los aumentos peligrosos tanto del colesterol como del azúcar en sangre, y en consecuencia, de los factores de riesgo cardiovascular".
¿Qué es integral?
Los cereales de grano completo se componen de tres partes: el salvado en la parte externa supone entre el 14 y el 16% del peso total del grano y es muy rico en fibra; en la parte media el germen, que representa entre el 2-3% y que aporta vitaminas del grupo B y vitamina E así como algunos minerales (fósforo, magnesio) y además, contiene ácidos grasos esenciales omega-3 y omega -6; la tercera parte se encuentra en el interior y es el denominado endospermo, constituye del 81 al 84% del grano entero y está formado por hidratos de carbono (almidón) y el complejo proteico que llamamos gluten.
La diferencia entre una harina integral y una blanca es que durante el proceso de molienda de esta última se retira el salvado de trigo y con ello se prescinde, aparte del alto contenido en fibra, de gran cantidad de vitaminas (B1, B2, niacina, ácido pantoténico, B6, biotina, folatos, carotenos y vitamina E), minerales (magnesio, zinc, hierro, calcio) y sustancias fitoquímicas.
En el etiquetado, en la lista de ingredientes debe indicarse la lista de cereales que lo componen y debe venir especificado que es grano entero o integral.
Los beneficios de los cereales de grano entero para la salud cardiovascular
Fomentar la inclusión de los cereales integrales en la dieta se basa en los resultados de los estudios epidemiológicos que señalan la existencia de una asociación inversa entre el consumo de estos alimentos y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
En un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Salud Pública de Harvard, se encontró que por cada 28 gr de cereales integrales ingeridos se reduce un 5% el riesgo de muerte prematura y un 9% el riesgo de muerte por causa cardíaca.
Este beneficio no es exclusivamente debido al contenido en fibra, otros compuestos tales como los betaglucanos, la vitamina E y otros antioxidantes presentes en el gano entero disminuyen el estrés oxidativo y los mecanismos de inflamación, procesos clave en el desarrollo de eventos cardiovasculares como la angina de pecho, el infarto agudo de miocardio y el ictus.
La Fundación Española del Corazón (FEC) recomienda, siguiendo las guías de dietética y nutrición, que al menos se consuman cuatro raciones (200 gr) de cereales al día y que, al menos, una ración (50 gr) sea de cereales integrales.
Finalizar matizando que, respecto a su valor calórico, en el libro "La composición de los alimentos. Herramienta básica para la valoración nutricional", se muestra que el pan blanco tiene un contenido en fibra dietética de unos 3,5 gr de fibra por cada 100 gr, mientras que el integral aporta unos 7,5 gr de fibra por cada 100 gr. Este aporte es muy valioso, dado que la dieta media española es pobre en fibra.