Desde hace décadas no paramos de oír hablar de la dieta mediterránea, que si es muy sana, que si el aceite de oliva, que si es superior a otros patrones de alimentación… Pero la verdad es que a veces se nos olvidan los fundamentos principales que la definen.

Os recopilo las principales premisas:

• Utilización del aceite de oliva como grasa culinaria.
• Consumo mayoritario de elementos de origen vegetal:
  • Frutas y verduras
  • Cereales (arroz, pasta)
  • Fritos secos
  • Legumbres
• La utilización de especias y aliños (limón, ajo, especias, vinagres…)
• Consumo moderado de pescado y carne.
• Poca utilización de productos lácteos.
• Consumo de vino en las comidas.

Pero el concepto de dieta mediterránea no solo abarca lo que se ingiere y como se prepara, sino que se trata también de la mesa de sociabilizar en la mesa, la siesta y la actividad física. Se trata de un factor cultural, no solo alimentario.

El principal beneficio entre muchos es la prevención demostrada de enfermedades cardiovasculares, ya que esta dieta actúa contra el colesterol y controla los triglicéridos. El alto contenido medio de frutas y verduras en esta dieta también ayuda a prevenir enfermedades como el cáncer.

Sirva esto como recordatorio de algo muy nuestro, que es bueno y nos copian desde otros países. No nos dejemos llevar por influencias que empeoran nuestra calidad de vida y se superpongan a la cocina tradicional y sana de nuestras abuelas.